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Espacio de los alumnos del Taller de Cultura, del Instituto Modelo Bilingüe Michelangelo


Expresiones Culturales de AYER y de HOY

martes, 22 de noviembre de 2011

Tecnicas de la pintura


La primera pintura de la historia, la rupestre, se ejecutó sobre las paredes de roca de las cuevas paleolíticas. Usaban pigmentos naturales con aglutinantes como la resina.
La
pintura sobre muros y paredes dominó durante la antigüedad y durante la época románica. Decayó en el gótico, debido a que las paredes se sustituyeron por vidrieras, con lo que había menos superficie en la que pintar; esto determinó también el auge de la pintura sobre tabla.
Durante el Renacimiento se produjeron grandes murales, como los frescos realizados por Rafael en las Estancias del Vaticano y la obra de el en la Capilla Sixtina. Posteriormente, se ha limitado a las paredes de los edificios y los techos, destacando las grandes decoraciones del Barroco y el Rococó, que, combinadas con relieves de estuco, daban lugar a creaciones ilusionistas impresionantes.
La pintura mural no se ha llegado a abandonar nunca, como puede verse en la obra de los muralistas de Hispanoamérica. Los más famosos fueron Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros,José Clemente Orozco en México y Teodoro Núñez Ureta en Perú.
El graffiti callejero, al menos en sus vertientes más artísticas y monumentales, podría considerarse una forma contemporánea y urbana de pintura mural.
La principal técnica empleada a lo largo de los siglos para la pintura mural es el fresco. La superficie a pintar se prepara con varias capas de revoco: primero un enlucido basto, el arriccio, y luego una capa más delgada de arena fina y cal, que recibe el nombre de intonaco. Sobre la pared todavía húmeda se aplica entonces el pigmento disuelto en agua de cal.

Jerónimo Krevisky; Noel Engelberger; Franco Jure; Franco Buschiazo; Lautaro Bourdin

Pintura mural


- La pintura mural es la realizada sobre muros o techos que actúan de soporte con fines ornamentales, religiosos o didácticos.
  Se encuentra profundamente vinculada a los planos arquitectónicos y decorativos sobre los que se asienta y puede servir para realce al diseño del interior o para transformarlo, por medio del trompe l'oeil (trampa para el ojo).
- Por sus dimensiones y su ubicación en el espacio arquitectónico, el arte mural es también un medio de transmisión sociocultural, que necesita para mostrarse, insertarse en un ámbito de exposición pública; abordando temas religiosos, históricos alegóricos o patrióticos de significación popular.

El Arte Mural se caracteriza por:
  • Su MONUMENTADIDAD, la cual no solo está dada por el tamaño de la pared sino por cuestiones compositivas de la imagen.
  • Su POLIANGULARIDAD, que permite romper el espacio plano del muro.
Jerónimo krevisky, Noel Engelberger, Franco Jure, Franco Buschiazo, Lautaro Bourdin.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Historia del arte mural en Argentina

En la historia de la plástica Argentina, la pintura mural no ocupa un lugar comparable al de la pintura de caballete. Pero las obras que se han realizado poseen una calidad muy apreciable.
En la Argentina todavía no están claros los objetivos y alcances del arte mural y su función en la arquitectura.

Posee la particular condición de estar dirigido a un sector muy amplio del público y a diferencia de otros, goza de un privilegio sobre el que aun hay mucho que meditar.

El mural más antiguo que se conoce en Buenos Aires, está en la iglesia del Pilar ocupando la pared trasera del altar de La Dolorosa.

Fue ejecutado al fresco y está fechado en 1735; posee un relativo mérito artístico pero se halla en bastante malas condiciones, especialmente en su parte superior.

En el norte de nuestro país existe un mayor número de éstos de esa misma época, aunque reducido a una temática religiosa ejecutada con factura netamente popular.
A la sencilla vida de Buenos Aires correspondía su sencilla arquitectura de casas modestas e iglesias blancas donde el único toque de color era el oro de los altares y la policromía de las imágenes.

Semejante era la situación durante la mitad del siglo XIX, cuando las luchas de la independencia, la anarquía y la dictadura excluyeron la aparición de las manifestaciones artísticas.

Confirma esto, que, durante el gobierno de Rosas (1829- 1852), era obligatorio pintar todos los edificios públicos de rojo, donde el color, pasó a ser un símbolo político.

Después de Caseros esto cambió y se perdió el gusto por la sencillez y blancura precedentes, se aspiró al enriquecimiento decorativo de su arquitectura, de la misma manera como la vida social, bajo la influencia europea, tendió a formas de relación más ricas y complejas.
Así el primer mural de real importancia es el del antiguo Teatro Colón (1857), obra de envergadura para su momento, que tuvo pinturas en el techo de la sala y en la boca de la escena. (Realizadas por dos italianos: Cheronetti y Verazzi).
Más importantes son las que realizó Juan León Palliere (1823-1887) en el teatro Coliseum, ubicado en Reconquista y Cangallo (mas tarde llamado Teatro Argentino; demolido en 1873), la temática de las obras era “Niños músicos”.

En 1860 durante la presidencia de Mitre, fue ejecutada la obra del Tímpano de la Catedral de Buenos Aires, la cual se trataba de un friso escultórico, perteneciente al artista francés José Duburdieu.
En viviendas las realizaciones son más frecuentes; aún podemos encontrarlas, deterioradas por las infaltables manchas de humedad, dando testimonios de pasadas grandezas.

En 1880 se consideraba importante la colaboración de arquitecto, pintor y decorador, y aunque el concepto de decoración sea hoy considerablemente distinto, la idea central de integración de las artes es válida.
Al comenzar el siglo, les llegó el turno de renovarse a las iglesias de Buenos Aires, de las cuales solo hablaremos de la catedral por ser la más importante y la que mejor ilustra lo que se exigía entonces de la pintura mural.
Francisco Pablo Parisi
ganó el concurso para la decoración del templo, luego proyectó y realizó la totalidad de las obras usando el procedimiento de pintura a encausto, viejo sistema consistente en desleír colores en cera fundida.
De la misma época son los murales del cielorraso de la antigua Farmacia La Estrella, de Carlos Barberis, obra titulada “El triunfo contra la emfermdad”
Otro artista de la escuela italiana fue Nazareno Orlandi, cuya obra clásica puede apreciarse en numerosos edificios de carácter público: la Iglesia del Salvador, el Colegio Mariano Acosta, el Salón Dorado de la Casa de Cultura (ex edificio de la Prensa)


Por esa misma época se produce una renovación de la arquitectura por obra del Art Nouveau.

Formando tonos homogéneos y profusamente decorados, las fachadas se ondulan y pierden la clásica visualización horizontal de pisos superpuestos, lo cual se puede ver en una casa de Paraguay nº 1330, obra del año 1911 del arquitecto Trivelloni; allí el muro deja de ser simple cerramiento para adquirir un carácter específicamente decorativo, cosa que no hubiese sido aceptada veinte o treinta años antes.
A diferencia de las pinturas de la catedral en estos casos hay una perfecta armonía entre arquitectura y ornamentación.


Los murales del artista Catalán José María Sert y Badía, en los cielorrasos del ex Palacio Pereda, hoy Embajada del Brasil; los frescos del Palacio San Martín; los admirables vitrales del Palacio Paz, son claros ejemplos del notable desarrollo que en este lapso adquirió la realización de murales.


 
También son de gran valor las obras continuadoras de la vertiente del Modernismo Catalán y la Secesión vienesa, especialmente representados por la obra de Julián García y Virginio Colombo.


En 1926 el pintor Benito Quinquela Martín, realizó en la Casa del Teatro la decoración de las salas.



Por 1932 en la Escuela Superior Cárcova , Alfredo Guido, funda el taller de decoración mural. Entre las obras de Guido figura el fresco de La Batalla de Caseros en el Consejo Deliberante de Morón.
Squeiros, un reconocido muralista mexicano, califica a Spilimbergo como el más grande pintor argentino de todos los tiempos, estima “la capacidad y fuerza” de Forner, Castagnino y Victorica pero considera “abominables las obras de Guillermo Butler”.
Natalio Botana, dueño del diario Crítica le propuso a Siqueiros pintar un mural, cosa que este aceptó.
Botana era un multifacético y contradictorio personaje que no le brindó a Siqueiros la posibilidad de pintar en algún lugar público. Lo invitó a pintar el sótano de su fastuosa residencia en Don Torcuato.
El Mexicano desdeña el trabajo individual y convoca para el trabajo a los artistas argentinos BERNI, CASTAGNINO, SPILIMBERGO y el uruguayo LÁZARO.


Algunos de los principales precursores del arte mural en Argentina fueron:

Antonio Berni:

Desocupados (1934)

La Crucifixión y El Apocalipsis

Manifestación (1934)

                             Mural Galerias Pacífico, Bueno Aires.

Raúl Soldi:

                                           Esponsales de María y José

      El ensayo

       La música
                              

                    Cúpula de Raúl Soldi - Galerías Santa Fe




CASTAGNINO:

                Murales II "Hombre, espacio y esperanza"

Anabella Beltramino, Catalina Clembosky, Zaira Daniela Rewes y María Agustina Rabuffetti.




miércoles, 16 de noviembre de 2011

El muralismo


El Muralismo es un movimiento artístico de carácter indigenista, que surge tras la Revolución Mexicana de 1910 de acuerdo con un programa destinado a socializar el arte, y que rechaza la pintura tradicional de caballete, así como cualquier otra obra procedente de los círculos intelectuales.
El impulsor de este movimiento fue José Vasconcelos, filósofo y primer secretario de Educación Pública de México quien, tras la Revolución, pidió a un grupo de artistas jóvenes revolucionarios que plasmaran en los muros de la Escuela Nacional Preparatoria de la ciudad de México la imagen de la voluntad nacional.
Los artistas tenían total libertad para elegir los temas y mostrar un mundo nuevo sobre las ruinas, la enfermedad y la crisis política surgida tras la Revolución. Influidos por el rico pasado precolombino y colonial, los muralistas desarrollaron un arte monumental y público, de inspiración tradicional y popular, que ponía fin al academicismo reinante, exaltando su cultura y origen precortesiano.
El muralismo mexicano fue uno de los fenómenos más decisivos de la plástica contemporánea iberoamericana y sus principales protagonistas fueron Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros.  En la década de 1930, la internacionalización del muralismo se extendió a Argentina, Perú y Brasil, y fue adoptado incluso por Estados Unidos en algunos de sus edificios públicos.
El muralismo se desarrolló e integró fundamentalmente en los edificios públicos y en la arquitectura virreinal. Los muralistas se convirtieron en cronistas de la historia mexicana y del sentimiento nacionalista, desde la antigüedad hasta el momento actual. La figura humana y el color se convierten en los verdaderos protagonistas de la pintura. En cuanto a la técnica, redescubrieron el empleo del fresco y de la encáustica, y utilizaron nuevos materiales y procedimientos que aseguraban larga vida a las obras realizadas en el exterior.

Federica Britos Garrido, Florencia Cargnel, Josefina Gomez Batle, Eugenia Skrt y Michelle Camet

Pintura mural y pintura de caballete.


Las diferencias básicas entre ellas son:

- El soporte
La pintura mural usa como soporte un muro de una edificación. 
La pintura de caballete emplea un soporte que es transportable, por ejemplo lienzo, madera, cartón.

- Los temas
La pintura mural en México inició como un medio para socializar con la población asuntos políticos, de manera que adquiriera un sentido histórico del proceso de evolución de la sociedad. Así que se usó para mostrar los resultados de los movimientos sociales y "la promesa de futuro" como resultado del esfuerzo colectivo.
La pintura de caballete trata sobre la representación de personas, sitios y objetos con una finalidad estética.


- El acceso a la obra
La pintura mural se ubica en edificios públicos a los cuales tiene acceso la población en general sin tener que pagar por el acceso.
La pintura de caballete es propiedad privada que en ocasiones se muestra de manera pública en exposiciones, pero por lo regular es parte de la decoración de los espacios del propietario de la misma.











Anabella Beltramino, Catalina Clembosky, Zaira Daniela Rewes y María Agustina Rabuffetti.

Artistas Contemporáneos


Actualmente en Argentina los artistas contemporáneos que más utilizan el formato de mural son León Ferrari, Luis Felipe Noé, Adolfo Nigro y Miguel Rep. Este grupo de artistas suele trabajar en conjunto y cuentan con murales en muchos puntos de interés cultural, no sólo en Argentina sino en el mundo.
Sus obras más recientes fueron “El Mural del Bicentenario” por Miguel Rep y los murales en conjunto para el diario Página/12 y para los 120 años del Teatro Argentino.
Mientras tanto en Inglaterra se encuentra  Julian Beever que se dedica a dibujar murales con tiza. Ha creado dibujos de tiza en 3D en el pavimento utilizando un método llamado anamórfosis que crea una ilusión óptica. Sus dibujos en las calles desafían las leyes de la perspectiva aparte de replicar el trabajo de grandes maestros del arte.
Autores: Ertze Peña Guerrero, Guillermo Federik, Jeremías Pescaglini, Pablo Ciparo, Lautario Schmidt.

Historia del Muralismo


La primera pintura de la historia fue la rupestre, se ejecutó sobre las paredes de roca de las cuevas paleolíticas. Usaban pigmentos naturales con aglutinantes como la resina. La pintura sobre muros y paredes dominó durante la antigüedad y durante la época románica. Decayó en el gótico, debido a que las paredes se sustituyeron por vidrieras, con lo que había menos superficie en la que pintar; esto determinó también el auge de la pintura sobre tabla. Durante el Renacimiento se produjeron grandes murales, como los frescos realizados por Rafael en las Estancias del Vaticano y la obra de el en la Capilla Sixtina. Posteriormente, se ha limitado a las paredes de los edificios y los techos, destacando las grandes decoraciones del Barroco y el Rococó, que, combinadas con relieves de estuco, daban lugar a creaciones ilusionistas impresionantes.
La pintura mural no se ha llegado a abandonar nunca, como puede verse en la obra de los muralistas de Hispanoamérica. Los más famosos fueron Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco en México y Teodoro Núñez Ureta en Perú.
El graffiti callejero, al menos en sus vertientes más artísticas y monumentales, podría considerarse una forma contemporánea y urbana de pintura mural.

Realmente, y salvo en la Prehistoria, no se pinta de manera directa sobre la pared, sino sobre una fina capa intermedia. La principal técnica empleada a lo largo de los siglos para la pintura mural es el fresco. La superficie a pintar se prepara con varias capas de revoco: primero un enlucido basto, el arriccio, y luego una capa más delgada de arena fina y cal, que recibe el nombre de intonaco. Sobre la pared todavía húmeda se aplica entonces el pigmento disuelto en agua de cal.
Los murales pueden elaborarse con distintos métodos, como por ejemplo los métodos denominados al fresco, en el cual la pintura se coloca en el repello de la pared todavía fresca, o al seco en el cual la pintura se coloca sobre una pared ya seca. También se usó la encáustica, técnica que ya utilizaron los romanos, en la que los colores se disuelven en una mezcla de cera de abejas y resina y se aplican en caliente, quedando fijados en la pared al secarse. Igualmente, es posible pintar al temple sobre muros y paredes. En este caso hay que esperar a que el revoque esté seco. A principios del siglo veinte toma relevancia el acrílico como material de primer orden, utilizado entre otros por los mexicanos Rivera y Orozco.
Un mural no debe ser necesariamente pintado, pudiendo hacerse con mosaico o cerámica.

Autores: Ertze Peña Guerrero, Jeremías Pescaglini, Guillermo Federik Pablo Ciparo y Lautaro Schmidt